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El Gato Siamés. Cinco curiosidades que seguro desconocías

Seguramente en alguna ocasión has escuchado hablar del gato siamés. Es una de las razas de gatos más bellas y fascinantes. Es casi imposible, de hecho, no quedar encantado por sus ojos azul intenso y su pelaje blanco.

Alrededor de este enigmático felino se tejen muchas historias. El siamés es un gato misterioso con un carácter especial, sobre el que hay muchos mitos y leyendas. ¿Estás seguro de que lo sabes todo sobre este magnífico felino? Aquí tienes algunas curiosidades que seguro que no sabías de él.

Sus antiguos orígenes

Probablemente estos simpáticos animales se paseaban por todos los espacios de los palacios reales de la antigua Tailandia. El gato siamés es un animal muy querido desde aquellos tiempos. Su nombre proviene de Siam, nombre con el se conocía a Tailandia. Se dice que era la mascota preferida de la familia real tailandesa.

Nos es primera vez que escuchamos decir que los gatos son considerados sagrados. Diversos hallazgos históricos han demostrado que este gato también estaba presente en las casas de nobles y sacerdotes. Esto se debe a que en la época se consideraba un animal sagrado, capaz de custodiar el espíritu de los muertos y protegerlos de los demonios malignos, hasta el punto de que incluso se le rendía culto en templos especiales dedicados a él.

Su genética le permite regular su temperatura

Este curioso animal posee en su genética una particularidad. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué este gato tiene algunas zonas de su cuerpo más claras y otras, como la cara, las patas y la cola, más oscuras? La respuesta es sencilla: el gato siamés tiene un gen térmico que mantiene oscuras las zonas más frías. Y, de hecho, cuando nacen, los gatitos son todos blancos porque han estado calientes en el vientre de su madre.

Es casi imposible que se queden tranquilos

Son muy activos, hasta el punto de parecer incansables. Esta raza felina es muy dulce pero al mismo tiempo también muy inteligente. De hecho, a los gatos siameses les encanta jugar mucho y se aburren fácilmente. Además, si quieren algo, nada puede detenerlos, y son capaces de hacer cualquier cosa para conseguirlo.

Cuando son cachorros, tienden a trepar por todas partes, en ocasiones pueden ser encontrados en los lugares más extraños: desde el cabezal de la ducha hasta el marco de alguna puerta. En definitiva, son auténticos alborotadores, pero con sus grandes y dulces ojos siempre pueden compensar cualquier travesura.

Con frecuencia presentan estrabismo

Otra peculiaridad de esta raza felina es la de tener una mirada ligeramente desviada. La leyenda cuenta que esta peculiaridad se debe a que, al ser el guardián de las almas de los muertos y de sus joyas, para no perderlos de vista, mira en todas direcciones.

Dejando a un lado los cuentos populares, el estrabismo del gato siamés no es peligroso, sino que lo hace aún más adorable. En cualquier caso, al ser los ojos una parte sensible, siempre es conveniente mantenerlos sanos, limpiándolos frecuentemente con productos de limpieza especiales o con una compresa empapada en té de manzanilla frío.

Tiene voz aguda como la de un bebé

En comparación con todos los demás felinos, la voz de este gato es muy dulce y aguda, similar a la de un bebé recién nacido. El gato siamés también es capaz de modular el sonido y el volumen de sus maullidos, en función de sus necesidades.

Este animal es un gran parlanchín, y es capaz de maullar impasible durante horas si permaneces indiferente a las peticiones de él. Sin duda, nunca sufrirás de soledad con su compañía.

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